miércoles, 13 de julio de 2011

EtéreO

Si corre por tu cuerpo como gotas de lluvia en la ventana... no dejes que pase desapercibido.


Sentilo. Creelo. No lo olvides.

lunes, 4 de julio de 2011

PermaneceR




.Acercándome al espejo

no me reconozco.



.Sólo estando con ustedes

sé quien soy.

domingo, 3 de julio de 2011

AlrededoR




Miraba por la ventanilla. Pero no miraba nada en realidad. Solo pensaba en llegar. Quería llegar, hacer lo que tenía que hacer, y seguir su camino de siempre. Cerró los ojos y se durmió. Cuando despertó, media hora más tarde, se dio cuenta que se había dormido en una posición bastante incómoda. Parece que tenía mucho sueño, pensó. Volvió a mirar por la ventanilla, otra vez sin ver nada en especial, aunque se percató de que estaba llegando a Buenos Aires. Por ahí leía algún cartel que le llamaba la atención entre los pensamientos vagos que le pasaban por la cabeza. Empezó a leer los nombres de las calles, porque nunca había ido al destino que esperaba llegar. Cuando vio que estaba cerca, se levantó rápido, un poco enojada con la gente que estaba apurada para bajar, sin advertir que ella era una más. Se bajó, llegó a destino, y siguió su camino.

Miraba por la ventanilla. Prendió su mp3 y puso música tranquila. Miraba la gente pasar, pensaba en qué estarían pensando ellos. Entre tanto mirar y pensar, cerró los ojos y se durmió. Cuando despertó, media hora más tarde, seguía sonando música tranquila y placentera. Miró de nuevo por la ventanilla, y ya estaba llegando a Buenos Aires. Recordando las indicaciones para llegar y buscando los carteles con nombres de las calles, vio algo que le llamó la atención. Del otro lado del semáforo, entre los autos, una moto. El hombre en la moto llevaba un pantalón rojo vivo, con lunares blancos pequeños. Eso hizo que desvíe la mirada hacia él, y detenga sus pensamientos anteriores. Al prestar más atención, vio que debajo del casco, en su cara, tenía una nariz de payaso. Sonrió. Un payaso en moto, estará yendo a trabajar, pensó mientras seguía sonriendo, aguantando la carcajada. Advirtió que estaba llegando, comenzó a abrigarse lentamente, y se bajó. Llegó a destino, y siguió su camino.

Un viaje, dos miradas.